lunes, 6 de mayo de 2019

"ENSALADA" DE SENDAS



Algún que otro desaparecido se dejo ver y acompañarnos este sábado tras un largo periodo de tiempo sin obsequiarnos con su presencia, puntuales a la cita acudimos en esta ocasión y tras una pequeña deliberación de la ruta a seguir, al final se opto por seguir a Willy y ver por donde era capaz de llevarnos.

Saldados los pertinentes pagos para nuestra próxima aventura que desarrollaremos el sábado día 11, partimos de nuestro punto de reunión dirección puerta Valencia y afrontar la primera “tachuela” del día, ascender hasta el barrio del Castillo y comenzar con el recorrido planteado por nuestro compañero.

Ya a la salida de la ciudad y desde el último mirador que nos asoma a la hoz del río Huecar comenzamos a bajar por un escalerón que nos deja a los pies de la senda que es conocida como la de los Farallones, inédita para el resto del grupo y que no es otra sino la que viene desde el hotel de la cueva del fraile y era por donde aprovechaban para traer mediante canalizaciones y tuberías el agua hasta la parte alta de nuestra ciudad, de hecho, algún que otro tramo de la misma transcurre por encima de las mismas tuberías y que debido al transito de los senderístas y el paso de las bicis hay alguna que otra cavidad sobre las mismas.

Tras alguna que otra foto, y parada para contemplar algún que otro paisaje y emblemático rincón llegamos a las puertas del hotel, decidimos continuar siguiendo los caminos propuestos y seguir igualmente por senda hasta Molinos de Papel y Palomera, donde llegando al pueblo tomamos a modo de exploración un camino nuevo para llegar a la pista que nos conduce al paraje de las “pocetas” y al final de la misma comenzar la subida del Mortirolo para llegar al alto de la sierra de la Pila.

Reunidos en el alto, ingeridas las barritas y nuevamente siguiendo a Willy, bajamos por la senda de los palos y llegar al rincón de la piedra, donde este nos iba a deleitar con su particular técnica, haciendo una breve demostración de como bajarla, algo que al final no se produjo, pues se echo para atrás, pero si pudimos ver como hacerlo, ya que nos lo mostraron cuatro motoristas que por allí se encontraban.
Después de vadear alguna que otra vez el río y con alguna risa que otra llegamos a la senda que pasando por las pocetas nos lleva de nuevo a Palomera. Y como todavía había ganas de más, decimos una vez llenados nuestros bidones de agua en la fuente del pueblo, el hacer la senda de la Botánica para poner fin al recorrido sugerido.

Desde Molinos de Papel iniciamos la bajada a nuestra ciudad por carretera y a un tranquilo ritmo mientra que aprovechábamos para comentar el recorrido de hoy.


En total 42 kms. a los que se puso fin en la sede de invierno.

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