domingo, 25 de agosto de 2019

BARBALIMPIA



Hoy me gustaría comenzar esta crónica pidiendo perdón a mis compañeros de ruta por el largo y lamentable retraso en la hora de salida, aunque a la hora de juntarnos la ruta ya estaba decidida y no hicimos parada en ningún pueblo donde tomar café, estos saben que se lo debo y queda pendiente.

En esta ocasión la ruta a seguir fue totalmente planificada por Mora y esta nos llevo por nuevos territorios a explorar, partimos desde la gasolinera de las quinientas, donde tuvieron a bien el venir a recogerme, y por el camino de la estrella llegamos hasta el vertedero de nuestra ciudad y desde este por el camino que baja paralelo al campo de golf, presentarnos en Villar de Olalla.

Aquí ya andábamos sobre el track descargado por nuestro compañero y siguiéndolo, continuando a veces por un camino paralelo a la carretera y otras por la carretera acercarnos a las instalaciones del matadero, desvio hacia la derecha y llegamos a orillas del río Júcar, cruzamos el puente o pasarela que permite cruzar a la otra orilla y comenzamos ha ascender entre campos de labor y por pistas y caminos que nuestros amigos los agricultores se empeñan en labrar una y otra vez, escunchando algún que otro disparo y compartiendo parajes con varios cazadores, salimos a las inmediaciones de Villanueva de los Escuderos.

Llegados a este punto y entre las indicaciones de Fernando y el seguimiento del track, haciendo un poco de senderismo empujando nuestras monturas, dimos con la pista que nos llevo al desaparecido pueblo de La Hortizuela, donde gratamente nos sorprendió la vista predecesora a la vista de las ruinas, donde al intentar llegar a la ermita que desde lejos se avista, fuimos sorprendidos por el guarda de la finca, quien muy amablemente nos aconsejo el llegar a ella por otro camino diferente al que habimos tomado.

Después de repuestas nuestras fuerzas, decidimos retomar nuestra ruta y acercarnos a la localidad de Barbalimpia, donde Fernando ejerció de guía y nos realizo una rápida visita a la pedanía y también nos mostró sus posesiones.

Entre el retraso de la salida, la visita a la ermita y el paseo por Barbalimpia se nos comenzaba a echar la hora encima y la vuelta la hicimos por carretera hasta llegar de nuevo a Villar de Olalla y para evitar en lo posible el édor del camino que anteriormente nos acerco a esta villa, decidimos e llegar a la pedanía de Ballesteros para subir a alcanzar el camino de la estrella que nos acercaría ya a nuestra ciudad poniendo así el punto final a la ruta de hoy.


En total 64 kms. muy bien trabajados y donde a última hora el calor ya era bastante acuciante y que no pudimos por diversos compromisos familiares, finalizar con las habituales cervecitas de costumbre.  

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