miércoles, 31 de julio de 2019

BARCHÍN DEL HOYO Y ALARCÓN: EL TERRITORIO LOBETANO


Sorprendente y grata resulto nuestra salida de hoy por tierras fronterizas entre la Manchuela y la Serranía Baja, comenzó a horas tempranas nuestra nueva aventura, pues la intención no era otra que la de después de disfrutar por aquellos lares, regresar a nuestra ciudad a la hora de la comida.

Madrugadores nos reunimos en la nave de nuestro Lidel tras haber sido recogidos por nuestro reportero gráfico, quién se ofreció en esta ocasión a ejercer de taxista y después e una breve pero exhaustiva comprobación del carro y nuestras monturas partimos a la localidad de Barchín del hoyo, punto de inicio de la ruta, al cual llegamos a la hora prevista, una vez estacionado el vehículo, cambiados y con nuestras bicicletas a punto e inmortalizamos el momento partimos a Alarcón.

Iniciamos la marcha rodando por el Camino de los Labalos, pista ancha y de buen firme que nos llevaría hasta el pueblo de Valverdejo entre pinares y encinas junto con algún campo de labor, tras inmortalizar nuestro paso por el mismo, continuamos por carretera hasta llegar a la CM-2100, girar dirección Motilla para posteriormente girar a la derecha y retomar de nuevo nuestra pista y que en esta ocasión nos conduciría hasta el cruce de la antigua N-III y ya depués de atravesarlo llegar a la villa de Alarcón.

A las puertas de la villa y siguiendo las indicaciones de nuestro guía y precedidos de unas cuantas instantáneas para la posteridad de unos bellos e idílicos parajes, bajamos por una pedregosa pista hasta la misma orilla del embalse y ascender a la localidad por la calle posadas, visita, fotos y un cafetito y solucionar alguna pequeña indisposición en el parador de la Villa, tope de valoración en la aplicación del Google maps del móvil y continuamos la marcha.

A los pocos metros de abandonar el pueblo por la carretera, otra vez giramos a la derecha para adentrarnos al camino que conduce a Gabaldón y después de enlazar con una más que ofoscada y pedregosa senda, asomarnos a las hoces del río, hasta llegar a un punto en el que el track del gps de nuestro compañero nos marcaba un vertiginoso descenso para retornar posteriormente al mismo punto donde nos encontrábamos, la decisión fue la de omitir dicha indicación y emprender nuestro viaje de regreso.

El retorno lo hicimos por los mismos caminos, carreteras y parajes por dónde antes habíamos realizado la ida. Durante todo el trayecto la valecidad mantenida fue la propia del ritmos Chinche y esto nos facilito la etapa a más de uno, resaltar que la temperatura que nos acompaño fue casi la ideal, que la ruta es muy cómoda de realizar y que apenas entraña dificultad alguna.

Grata sorpresa la de la localidad de Barchín, con sus casas señoriales, iglesia y sus restos de asentamientos íberos, así como la extraordinaria belleza de Alarcón, una de las villas medievales más antiguas de toda nuestra península.

Sorpresa también la de encontrarnos con antiguos vecinos de barrio, naturales de Barchín, quienes supieron indicarnos a la perfección el lugar donde poder saciar nuestra sed antes de emprender nuestro viaje de regreso con unas más que merecidas cervecitas.


En total 53 kms. de grato recorrido al cual no descartamos en realizar posteriores visitas enlazando distintas pistas, rutas y caminos.

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