martes, 2 de julio de 2019

Al "fresquito"



Adelantando la hora para huir en lo posible a la canícula anunciada en lo que ha sido la primera ola de calor de este verano, nos reunimos en lugar acostumbrado, celebrando el acierto del adelanto.

Ya en los primeros momentos y antes de salir de la ciudad tuvimos que hacer una parada técnica para intentar solventar los pequeños desajustes que presentaba la montura de nuestro Lidel, hecho infructuoso, pues al final se vio obligado a tener que cambiarla, es decir volver a boxes y recuperar a la “Campeona”.

Una vez reincorporado este al grupo partimos dirección carretera de Valencia hasta la subestación eléctrica para por los caminos y pistas que transitan por tierras melgoseras enlazar al antiguo camino de Cañete y desde allí por carretera hacia los Palancares, no sin antes el volver a parar para intentar averiguar en esta ocasión los ruidos que producía la montura de Fernando, algo que quedo en un pequeño descuido ya que estos se producían por falta de engrase en la cadena, a lo que llevo a nuestro reportero gráfico particular a manifestar su cansancio, a la vez que hartazgo para manifestar que se debe acudir a las convocatorias con nuestra monturas debidamente lavadas y engrasada, es decir, en perfecto estado de revista.

Repuestos nuestros bidones de agua fresquita en la fuente del royo, continuamos hasta alcanzar el campamento de la hispanidad, ascender a la casa del forestal y bajar hasta el camino que conduce a la estación del ferrocarril para volver hasta las torcas, donde en la del lobo hicimos nuestra habitual parada para aparte de reponer fuerzas inmortalizar el momento, pequeña discusión sobre los siempre tan malogrados estatutos y continuamos marcha.

Una vez alcanzada la carretera subimos para adentrarnos a la pista que lleva ala finca de Cotillas, pero que nosotros continuamos camino dirección Palomera, para llegar a coger la senda de los Palos y después de esta la de las pocetas y llegar así al mencionado pueblo, donde pudimos disfrutar de la frescura del agua de su fuente a la par que saboreamos unas cervecitas, para deleite del grupo y envidia de otros “ciclistillas” que también pararon en el mismo lugar.
Bajamos por la carretera tranquilamente hasta llegar a la puerta de Valencia, donde la cabeza del grupo opto por ascender por el barrio del Cristo del Amparo y Fátima y llegar a la terraza del bar Avenida, donde pusimos punto y final a la salida de hoy, bajo la queja de algún miembro del club, manifestando de que habíamos ido durante toda la marcha con el sol en el lomo, haciendo el resto del grupo la aclaración de que no, que lo habíamos hecho “al fresquito”.


Al final 52 kms que resultaron ser bastante entretenidos.         

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