Una vez reagrupado el pelotón chinche,
se
continúa en dirección a la conocida como “Piedra del Equilibrio”, una de esas curiosas
formaciones rocosas que abundan por la Serranía y que nadie se explica cómo
puede mantenerse en pie dado su gran volumen y su escasa base, pero la
naturaleza es así de caprichosa.
Fotografía que atestigua nuestro paso
por el lugar, barritas energéticas y seguimos en dirección al Alto de la Nava,
donde nuestro compañero Mora debe abandonarnos por compromisos personales
regresando por Valdecabras, cumplimentando 49,5 km. y 610 metros de desnivel,
mientras que el resto del grupo continúa en dirección a Buenache por la pista
que asfaltaron hace un año o dos.
Subida a Buenache sin problemas tomando
los caminos coincidentes con el PR-CU 35 hasta el embarcadero de ganado donde,
tras superar la última tachuela de la jornada, tomamos la pista que nos conduce
hasta la zona de Los Perejiles, aunque Martín nos tiene reservada una sorpresa
y en vez de seguir por la pista nos mete por unos caminos desconocidos para la
mayoría, zona que seguramente a partir de ahora conoceremos como “donde Martín
perdió el machete”.
Descenso a gran velocidad en dirección a
Palomera, pensando en lo que nos espera en esa población, avituallamiento en la
plaza del pueblo, en las puertas del Ayuntamiento, junto al pilón, donde
cubrimos el cupo de esos fresquitos tercios que nos devuelven la vida. Hay
propuestas de que en época de verano sea ese el final de etapa oficial y la
verdad es que no falta razón.
Final por carretera hasta Cuenca, no sin antes visitar la higuera, completando un total de 55 km. y 750 m. de positivo para Chule, Tapi, Chema, Lucas, Martín y Rubén.
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