Hoy me gustaría
comenzar esta crónica pidiendo perdón a mis compañeros de ruta por
el largo y lamentable retraso en la hora de salida, aunque a la hora
de juntarnos la ruta ya estaba decidida y no hicimos parada en ningún
pueblo donde tomar café, estos saben que se lo debo y queda
pendiente.
En esta ocasión la
ruta a seguir fue totalmente planificada por Mora y esta nos llevo
por nuevos territorios a explorar, partimos desde la gasolinera de
las quinientas, donde tuvieron a bien el venir a recogerme, y por el
camino de la estrella llegamos hasta el vertedero de nuestra ciudad y
desde este por el camino que baja paralelo al campo de golf,
presentarnos en Villar de Olalla.
Aquí ya andábamos
sobre el track descargado por nuestro compañero y siguiéndolo,
continuando a veces por un camino paralelo a la carretera y otras por
la carretera acercarnos a las instalaciones del matadero, desvio
hacia la derecha y llegamos a orillas del río Júcar, cruzamos el
puente o pasarela que permite cruzar a la otra orilla y comenzamos ha
ascender entre campos de labor y por pistas y caminos que nuestros
amigos los agricultores se empeñan en labrar una y otra vez,
escunchando algún que otro disparo y compartiendo parajes con varios
cazadores, salimos a las inmediaciones de Villanueva de los
Escuderos.
Llegados a este punto
y entre las indicaciones de Fernando y el seguimiento del track,
haciendo un poco de senderismo empujando nuestras monturas, dimos con
la pista que nos llevo al desaparecido pueblo de La Hortizuela, donde
gratamente nos sorprendió la vista predecesora a la vista de las
ruinas, donde al intentar llegar a la ermita que desde lejos se
avista, fuimos sorprendidos por el guarda de la finca, quien muy
amablemente nos aconsejo el llegar a ella por otro camino diferente
al que habimos tomado.
Después de repuestas
nuestras fuerzas, decidimos retomar nuestra ruta y acercarnos a la
localidad de Barbalimpia, donde Fernando ejerció de guía y nos
realizo una rápida visita a la pedanía y también nos mostró sus
posesiones.
Entre el retraso de
la salida, la visita a la ermita y el paseo por Barbalimpia se nos
comenzaba a echar la hora encima y la vuelta la hicimos por carretera
hasta llegar de nuevo a Villar de Olalla y para evitar en lo posible
el édor del camino que anteriormente nos acerco a esta villa,
decidimos e llegar a la pedanía de Ballesteros para subir a alcanzar
el camino de la estrella que nos acercaría ya a nuestra ciudad
poniendo así el punto final a la ruta de hoy.
En total 64 kms. muy
bien trabajados y donde a última hora el calor ya era bastante
acuciante y que no pudimos por diversos compromisos familiares,
finalizar con las habituales cervecitas de costumbre.