Con la ruta ya fijada con anterioridad y debido a las lluvias caídas en los días previos, a la hora establecida y puntualmente presentados los cuatro Chinches que hemos acudido, poco tardamos en elegir el camino a seguir.
Las ganas de pedalear no eran muchas, aunque como alguno dijo: "el almuerzo hay que ganárselo", optamos por transitar hasta nuestro destino por carretera.
Partimos como viene siendo habitual por la ronda Oeste hasta enlazar con la antigua carretera de Madrid, solventando un ligerísimo percance a la altura del pinar de Jábaga llegamos al inicio del puerto de Cabrejas, foto protocolaria en la antigua fuente y continuamos la marcha.
Posteriormente cogemos el desvío hacia la derecha que nos lleva al puente que cruza la autovía y nos encamina al alto del merendero de Jábaga, teniendo que abandonar la pista en un par de ocasiones para evitar la cantidad de barro que en algunos tramos tiene. Apareciendo la fina lluvia en el momento que iniciamos el descenso hasta llegar al pueblo.
Tras una bien aprovechada parada para dar cuenta de un suculento almuerzo, lástima que se nos olvidara realizar una foto que diera testimonio del mismo, y casi con menos ganas de pedalear que al inicio de la ruta, iniciamos el camino de vuelta, desechando la idea de dar alguna vuelta por el pinar, optando por regresar a casa por la pista asfaltada hasta Chillaron y por la carretera de Nogales a Cuenca, poniendo punto y final en el bar Circus.
Un total de 38 kms con 500 metros de desnivel los que rodamos, no dando para más ni el estado de firme, ni las ganas de pedalear de Chule, Tapi, Lucas y Chema
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