Sorprendente y grata
resulto nuestra salida de hoy por tierras fronterizas entre la
Manchuela y la Serranía Baja, comenzó a horas tempranas nuestra
nueva aventura, pues la intención no era otra que la de después de
disfrutar por aquellos lares, regresar a nuestra ciudad a la hora de
la comida.
Madrugadores nos
reunimos en la nave de nuestro Lidel tras haber sido recogidos por
nuestro reportero gráfico, quién se ofreció en esta ocasión a
ejercer de taxista y después e una breve pero exhaustiva
comprobación del carro y nuestras monturas partimos a la localidad
de Barchín del hoyo, punto de inicio de la ruta, al cual llegamos a
la hora prevista, una vez estacionado el vehículo, cambiados y con
nuestras bicicletas a punto e inmortalizamos el momento partimos a
Alarcón.
Iniciamos la marcha
rodando por el Camino de los Labalos, pista ancha y de buen firme que
nos llevaría hasta el pueblo de Valverdejo entre pinares y encinas
junto con algún campo de labor, tras inmortalizar nuestro paso por
el mismo, continuamos por carretera hasta llegar a la CM-2100, girar
dirección Motilla para posteriormente girar a la derecha y retomar
de nuevo nuestra pista y que en esta ocasión nos conduciría hasta
el cruce de la antigua N-III y ya depués de atravesarlo llegar a la
villa de Alarcón.
A las puertas de la
villa y siguiendo las indicaciones de nuestro guía y precedidos de
unas cuantas instantáneas para la posteridad de unos bellos e
idílicos parajes, bajamos por una pedregosa pista hasta la misma
orilla del embalse y ascender a la localidad por la calle posadas,
visita, fotos y un cafetito y solucionar alguna pequeña
indisposición en el parador de la Villa, tope de valoración en la
aplicación del Google maps del móvil y continuamos la marcha.
A los pocos metros de
abandonar el pueblo por la carretera, otra vez giramos a la derecha
para adentrarnos al camino que conduce a Gabaldón y después de
enlazar con una más que ofoscada y pedregosa senda, asomarnos a las
hoces del río, hasta llegar a un punto en el que el track del gps de
nuestro compañero nos marcaba un vertiginoso descenso para retornar
posteriormente al mismo punto donde nos encontrábamos, la decisión
fue la de omitir dicha indicación y emprender nuestro viaje de
regreso.
El retorno lo hicimos
por los mismos caminos, carreteras y parajes por dónde antes
habíamos realizado la ida. Durante todo el trayecto la valecidad
mantenida fue la propia del ritmos Chinche y esto nos facilito la
etapa a más de uno, resaltar que la temperatura que nos acompaño
fue casi la ideal, que la ruta es muy cómoda de realizar y que
apenas entraña dificultad alguna.
Grata sorpresa la de
la localidad de Barchín, con sus casas señoriales, iglesia y sus
restos de asentamientos íberos, así como la extraordinaria belleza
de Alarcón, una de las villas medievales más antiguas de toda
nuestra península.
Sorpresa también la
de encontrarnos con antiguos vecinos de barrio, naturales de Barchín,
quienes supieron indicarnos a la perfección el lugar donde poder
saciar nuestra sed antes de emprender nuestro viaje de regreso con
unas más que merecidas cervecitas.
En total 53 kms. de
grato recorrido al cual no descartamos en realizar posteriores
visitas enlazando distintas pistas, rutas y caminos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.