lunes, 6 de febrero de 2023

PALANCARES

      Que existen oficios difíciles de todos es sabido, pero en lo concerniente a los metereólogos es casi extrema, se equivocaron con las mínimas en unos -2 o -3 grados.

     Buena cuenta de ello podemos dar los cinco chinches que respondimos de forma presencial a la convocatoria de este sábado.  Como ya había sido anticipado, la ruta ya estaba casi planificada, estando todos de acuerdo pusimos rumbo hacia aquellos parajes 

     Por las inmediaciones del centro de sport Termalia, siempre pensando en mantenernos al sol, enlazamos con el camino de Cañete, rodando por el continuo sube y baja, un auténtico rompepiernas, llegando a la carretera de los Palancares y continuando hasta el campamento de la Hispanidad para posteriormente subir a la abandonada casa del Forestal, todo ello del tirón y sin parada alguna, salvo dejar paso a unos impacientes "aventureros" en todoterrenos.

     Tras la reagrupación del quinteto iniciamos nuestro descenso hasta la pista del ferrocarril, pero una vez llegamos a mitad del trayecto, comprobamos que con el deshielo de la misma, nuestras monturas comienzan a hacerse más pesadas, quedando las ruedas de las mismas casi totalmente embozadas.



       Optamos por coger una previsible salida o atajo, acertando de pleno, salvando alguna pequeña dificultad que otra en forma de barro. Continuamos por la pista hasta llegar al cruce del camino del Sumidero, haciendo la protocolaria fotografía en la congelada charca, parada que aprovechamos también para reponer fuerzas, mientras comprobábamos el total estado de congelación de su agua.




      Decidimos poner rumbo hacia la hoz del Buey, accediendo a ella por la empedrada senda, cada vez más rota, comprobando que abajo el camino de subida a la sierra de la Pila, se encuentra arreglado, tal vez para una próxima tala o limpieza.

      Alcanzada la pista y tras reagruparnos de nuevo, ponemos rumbo a la divertida senda del tío Canastero, llegando a la carretera del cerro del Socorro y por otra senda, la tercera del día, llegar a la ciudad entrando por la hoz aledaña al parador de turismo, viendo las instalaciones de la "famosa" tirolina.

     A la altura del parque de San Julián y la Diputación, el grupo comenzó a separarse y el final de ruta se realizó en el barrio Villa-Roman, en el bar de Vladi, después de realizar un recorrido de 43 kms y unos 820 m.  de desnivel positivo para Lucas, Juan, Rubén, Tapi y Chule, y ahora sí, con el acierto de los metereólogos, en la terraza, al solecito y con las habituales cervezas🍺🍺😉

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