FÁCIL, CÓMODA Y SENCILLA

Extraordinaria y fantástica ruta la que hemos realizado hoy este fin de semana del casi recién estrenado mes de Febrero donde se han celebrado festividades como la de San Blas y la Candelaria, con la temperatura algo mas bajas de lo que han venido siendo durante los días laborables, tan solo hemos respondido a la convocatoria Fernando, David, J. Carlos y Chule.

Antes de la hora ya nos encontrábamos en el lugar de inicio y mientras decidíamos la ruta a seguir fueron pasando los minutos de cortesía en espera de que tal vez apareciera algún miembro mas. Al final como pensamos que el terreno se encontraba en perfectas condiciones para la práctica del mtb y que sería en pequeñas y contadas ocasiones en las que podríamos encontrarnos con algo de barro, optamos por ser a propuesta de Fernando el de emular a una salida anteriormente realizada por la zona de nuestro Lidel.

Partimos por los caminos de la Estrella hasta llegar a Arcas, posteriormente y por el camino que nos lleva a la ermita de San Isidro, también conocido como la Botijilla, para después de cruzar la carretera adentrarnos entre caminos, pistas y sendas llegar sabiamente conducidos por nuestro Lidel, gran pericia, destreza y orientación, a quién no le hace falta gps, al paraje y finca de la Atalaya.

Desde allí decidimos el visitar un par de lagunas y regresar nuevamente a la misma finca, algo de sendas hasta llegar a Mohorte, emprendiendo el regreso a nuestra localidad de nuevo por Arcas y por el camino de la Estrella, algo que no se produjo, pues como es habitual en este club, las rutas se van modificando sobre la marcha y en esta ocasión según llegamos a Arcar, optamos por ascender entre los chaparros paralelos a la carretera hasta la rotonda de la nacional donde se encuentra la fábrica de madera, donde hemos descubierto una nueva senda que nos ha ido abriendo David y que queda bautizada con su nombre, jejeje.

Luego llegamos a La Melgosa y por el camino de “abajo” llegar a la peña de los conejos, la casa de la Mota y al camino de la subestación eléctrica, continuando por carretera ya hasta el restaurante el Granero, donde pusimos fin a nuestra salida de hoy tras unos divertidos y cómodos 51 kms, recuperando líquidos con alguna que otra “gorda”.