jueves, 26 de diciembre de 2019

NOCHEBUENA



Sorprendente mañana de este 24 de Diciembre día de nochebuena en el que este recién estrenado invierno nos a permitido rodar con unas temperaturas de casi comienzo de primavera.

Aprovechando que algunos de los que nos reunimos disponíamos de este día como libre nos citamos en el lugar habitual Fernando, Mora, Martín, Willy, Tapi y Chule con la intención de dar una pequeña vuelta resarciéndonos así del pasado fin de semana en el que el tiempo no nos dio opción. Tras la espera de los 5 minutos reglamentarios al ya habitual tardón, algo que debe de corregir, partimos hacia la localidad Villalba de la Sierra, la ruta fue diseñada por nuestro serpa, quien sabiamente nos llevo por sendas y pistas en las que no pudiéramos acumular barro en las ruedas de nuestras bicis y llegar al camino de la Vereda para continuar por el mismo hasta nuestro lugar de destino.

Después de un breve saludo a unos viejos conocidos en el campo de golf de la vereda llegamos al pueblo donde anduvimos dando vueltas de un lugar hacia otro hasta que encontramos tras tres intentos de un bar que no se encontrara cerrado o se acomodase a nuestras exigencias, en esta ocasión disfrutamos del café en el restaurante Nelia, donde fuimos amablemente atendidos.

Tras el mismo reanudamos nuevamente nuestra marcha iniciando el camino de regreso por el camino del agua tal y como habíamos acordado en el inicio para visitar a la vuelta la poza del rio Cambrón. Magnifico paraje en el que pudimos contemplar la espectacular belleza que aporta la crecida de su caudal gracias a las lluvias de los días anteriores, obligándonos a vadear por dos veces dicho río para poder acceder a él.

Con las instantáneas de la jornada debidamente almacenadas y con la premura de que el tiempo se nos comenzaba a echar encima aumentamos un poco la marcha para llegar en hora, viendo y comentando durante todo el trayecto hasta donde había llegado el caudal del Júcar anegando tierras o parcelas que son de ribera y que hoy están convertidas en tierras de labor.


Al final al llegar a Cuenca en grupo se fue disgregando ya que se nos hizo un poquito tarde y por diversos motivos y compromisos cada uno tenia sus obligaciones, aún así la mitad acudimos al restaurante el Granero para poner punto y final a la jornada con alguna que otra cervecita tal y como manda la tradición.

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