Sábado del
puente de la Virgen de la Luz por lo que somos pocos los afortunados que
permanecemos en esta desierta ciudad. En un principio habíamos quedado cuatro
miembros del club, pero finalmente nos dimos cita tres, Martín, Tapi y Rubén.
Con la idea de no coger barro por las recientes lluvias la ruta estaba clara,
tiramos para la zona de la Vereda que es territorio seguro en temporada de
lluvias.
Iniciamos como
siempre la ruta desde el punto habitual tomando la Ronda Oeste para en el
Bosque de Acero introducirnos en el parque fluvial. Carril bici bordeando el
Júcar hasta las Grajas donde por la pasarela cambiamos de orilla para continuar
hacia el Camino del Agua.
Ya en el
camino del Agua probamos el estado de alguna senda/camino subiendo a la peña de
los Conejos para bajar de nuevo por senda hasta el camino del Agua, volviendo a cambiar de orilla del río para dirigirnos hacia la Vereda, zona que con la
lluvia se encuentra inmejorable. Llegada sin problemas hasta Villalba donde
buscamos un bar para tomarnos un café y la correspondiente barrita. Superado
el duro trámite iniciamos ruta de regreso por el merendero hacia el aeródromo
de Sotos, siendo en este tramo donde sucedió la anécdota del día.
Transitábamos
tranquilamente cuando de repente se cruzó una liebre que quiso subirse a la
bici de Tapi. La liebre se dio el mismo susto que nosotros. Afortunadamente
después de estar sobre las piernas de Tapi siguió su marcha y no hubo que
lamentar ninguna caída. Un grupo de bikers que iban unos metros detrás de
nosotros nos miraban con caras de incredulidad, pero efectivamente los tres
fuimos testigos de cómo una liebre, no era pequeña, se subió al regazo de Tapi.
Tras la
anécdota continuamos por la senda de las colmenas, Chantre, realizando la
protocolaria fotografía en su puente y retorno a Cuenca bordeando el Júcar.
Finalmente 55 km. con unos 545 metros de desnivel y sin lluvia.
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