Sorprendente
mañana de este 24 de Diciembre día de nochebuena en el que este
recién estrenado invierno nos a permitido rodar con unas
temperaturas de casi comienzo de primavera.
Aprovechando
que algunos de los que nos reunimos disponíamos de este día como
libre nos citamos en el lugar habitual Fernando, Mora, Martín,
Willy, Tapi y Chule con la intención de dar una pequeña vuelta
resarciéndonos así del pasado fin de semana en el que el tiempo no
nos dio opción. Tras la espera de los 5 minutos reglamentarios al ya
habitual tardón, algo que debe de corregir, partimos hacia la
localidad Villalba de la Sierra, la ruta fue diseñada por nuestro
serpa, quien sabiamente nos llevo por sendas y pistas en las que no
pudiéramos acumular barro en las ruedas de nuestras bicis y llegar
al camino de la Vereda para continuar por el mismo hasta nuestro
lugar de destino.
Después
de un breve saludo a unos viejos conocidos en el campo de golf de la
vereda llegamos al pueblo donde anduvimos dando vueltas de un lugar
hacia otro hasta que encontramos tras tres intentos de un bar que no
se encontrara cerrado o se acomodase a nuestras exigencias, en esta
ocasión disfrutamos del café en el restaurante Nelia, donde fuimos
amablemente atendidos.
Tras el
mismo reanudamos nuevamente nuestra marcha iniciando el camino de
regreso por el camino del agua tal y como habíamos acordado en el
inicio para visitar a la vuelta la poza del rio Cambrón. Magnifico
paraje en el que pudimos contemplar la espectacular belleza que
aporta la crecida de su caudal gracias a las lluvias de los días
anteriores, obligándonos a vadear por dos veces dicho río para
poder acceder a él.
Con las
instantáneas de la jornada debidamente almacenadas y con la premura
de que el tiempo se nos comenzaba a echar encima aumentamos un poco
la marcha para llegar en hora, viendo y comentando durante todo el
trayecto hasta donde había llegado el caudal del Júcar anegando
tierras o parcelas que son de ribera y que hoy están convertidas en
tierras de labor.
Al final al
llegar a Cuenca en grupo se fue disgregando ya que se nos hizo un
poquito tarde y por diversos motivos y compromisos cada uno tenia sus
obligaciones, aún así la mitad acudimos al restaurante el Granero
para poner punto y final a la jornada con alguna que otra cervecita
tal y como manda la tradición.
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