Este sábado se
producía el extraordinario hecho de que la salida oficial venía a
conmemorar el décimo aniversario de este club al que pertenecemos,
resaltar que no pudimos asistir la totalidad de los miembros por
diversas causas o razones, pero los que allí fuimos los tuvimos
presentes.
Comenzaba la jornada
con un más que considerable madrugón para llegar a una hora
prudencial al punto de salida. Puntuales acudimos, inquietos y con el
gusanillo de saber que la gesta que íbamos a realizar era
importante.
Tras enganchar el
carro al vehículo en cuestión y acoplados y acomodados en los
sillones de la “furgo” partimos dirección a Teruel, intentando
echar alguna que otra cabezadita y con algún que otro comentario
llegamos a nuestro destino y punto de salida, comprando que sí,
Teruel existe, pero la ciudad duerme y no existe ningún lugar donde
poder tomar un café hasta las 9 de la mañana, según los
comentarios o apreciaciones de un lugareño.
Una vez debidamente
uniformados y provistos de los enseres que considerábamos
imprescindibles, nos despedimos de Alejandro y nos dispusimos a
comenzar nuestra aventura, como siempre y de costumbre con las
primeras pedaladas aparecieron las primeras imprecisiones de las ya
consabidas frases “vamos en el track”, dudas, incertidumbres,
despistes, pero al final todo sale y acertamos con el camino a
seguir, comenzando a subir leves rampas por un pinar aledaño al
parking desde donde salimos y sin darnos cuenta y como el que no
quiere la cosa nos presentamos en el inicio del Camino Natural de la
Vía Verde “Ojos Negros” Teruel Sagunto.
Señalar que
nosotros tomamos el inicio de la misma a su paso por Teruel, ya que
esta tiene su inicio unos 30 Kms antes, en la cantera dónde extraían
el material para su posterior traslado a Sagunto. Después de las
fotos en el lugar de inicio de la vía, al cual repito llegamos sin
darnos apenas cuenta de la ascensión que al él nos acercó,
comenzamos a transitar por ella paralelos a la vía del ferrocarril y
a la autovía Mudéjar, decir que la vía esta asfaltada aunque con
algo de grava suelta, pero donde el rodar se hace fácil y apenas
reviste peligrosidad, salvo en los cruces con algunos caminos o
carreteras y si se circula algo despistado se puede tener algún
percance con los postes o piedras que señalizan la delímitacion de
los mismos.
Atravesando algunos
viaductos y transitando por en medio de varios “toboganes” nos
presentamos antes los primeros túneles que nos acercaban a la
localidad de Sarrión, más viaductos, túneles y nos presentamos en
Albentosa continuando marcha hasta llegar a Barracas, lugar donde
Alejandro nos estaba esperando, ya que habíamos quedado con él allí
para almorzar y reponer fuerzas tras los primeros 80 kms rodados.
Ya repuestas las
fuerzas tocaba el aligerarnos de nuestras vestimentas, ya comenzaban
a sobrarnos algunas prendas pues la temperatura ascendía y el calor
ya empezaba a hacer acto de presencia, un poco de bronceador
gentileza de Mora y reanudamos nuestra marcha, acordando con
Alejandro el vernos ya en el lugar de destino final para que nos
condujese al lugar donde nos dieran de comer al llegar al final de la
etapa de hoy.
Vuelta a la vía y
con los estómagos llenos emprendimos la marcha con algún que otro
cántico y acelerando la marcha poco a poco llegamos a Caudíel y
posteriormente Jérica, durante este trayecto ya se notaba que nos
estábamos adentrando de lleno en tierras de la comunidad Valenciana,
el camino cambiaba y de los pinos que nos acompañaban a lo largo del
camino inicial pasamos a los huertos de frutales tales como naranjos,
algún que otro olivar, almendros, etc., al igual que édor que
emanaban del abono de los huertos.
En Jérica hicimos
un breve parón para rellenar nuestros bidones de agua y con alguna
pequeña deliberación sobre si tomábamos alguna cervecita en la
sombra de la piscina y comprobar de nuevo la pericia de nuestro
compañero Willy en sus típicos saltos, algo que sera propio de su
genética, el grupo decidió continuar la marcha, pasando por los
aledaños del pantano del Regajo continuamos descendiendo hacia el
pueblo de Navajas y tras inmortalizarnos en los ya últimos túneles
antes de llegar a la localidad de Altura, aumentar la velocidad y
continuar con la marcha, a partir de aquí nos quedamos sin dos de
los gps que llevábamos y solamente contábamos con el de nuestro
Lidel, pero el de este decidió quedarse “pillado”, llegamos
hasta el final de la vía verde y mientras que nuestro Lidel y Mora
deliberaban el camino a seguir, el resto del grupo nos deleitábamos
con el fruto de los nísperos que allí se encontraban.
Al final la decisión
fue la continuar por carretera hasta llegar a Torres Torres y
siguiendo las pocas indicaciones de algún lugareño y el camino que
nos indicaba nuestro Lidel junto a su resucitado gps, tras varias
vueltas cruzando y bordeando varias rotondas llegar hasta la playa y
destino final de Sagunto.
En total 155
kilómetros casi en su totalidad de un cómodo y continuo descenso,
con un peculiar sonido, pues parece que íbamos todo el rato
explotando “peta-zetas”, al final se hace algo largo, resaltar
que a lo largo del recorrido no vimos muchas personas, más por
tierras valencianas, cabe resaltar al numeroso grupo de ciclistas que
nos encontramos antes de llegar a Barracas y que se encontraban ya
entrados en edad y kilos y que al parecer tenían algún que otro
problema estomacal.
Extraordinaria jornada
en la que afortunadamente no tuvimos que lamentar ningún tipo de
percance mecánico, caídas o cualquier tipo de contratiempo que nos
hubiera hecho retrasar nuestra llegada.
Agradecer mediante
estas palabras a todas aquellas personas que siendo compañeros
nuestros, o no, nos han, o hemos acompañado en tantas salidas como
hemos realizado en esta década de existencia. Quien nos lo iba a
decir en nuestros inicios.
Esperemos que este
club goce de un larga, divertida y aventurera existencia.
Gracias
por vuestra compañía.
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