El camino a seguir fue propuesto en el mismo momento de la partida, ruta corta y buscando el sol, para ello iniciamos por los caminos de la Estrella nuestro rodar, llegando a las postrimerías de la aldea de Ballesteros, y a propuesta de Mora, visitar algunas de las pequeñas lagunas que existen por sus alrededores y cuyo complejo lagunar recibe el mismo nombre.
Continuamos marcha por pista hasta alcanzar el pueblo de Arcas, desviandonos hacia el Pinar de San Isidro, acercándonos a los terrenos del campamento allí existente y desconocido por algunos de los componentes del día.
Recorremos toda la pista del Pinar que nos acerca a la carretera, para nada más cruzarla, seguir por más pistas, hasta llegar al puente que cruza la vía del AVE, pero no sin antes y después de un pequeño despiste, tronchar algún tramo de Pinar, para salir de nuevo a la pista.
Alcanzamos la finca de la Atalaya y nos dirigimos a Mohorte, llegamos al pueblo rodando por las cada vez más destrozadas sendas, "dichosas motos".
Rápido rodar hasta la Melgosa, carretera a Cuenca y avistando la ciudad, ponernos de acuerdo para reunirnos y llevar a cabo la celebración del día de nuestro club.
35 kilómetros y 420 m de desnivel para Chule, Mora, Lucas y Ruso, y donde el recorrido a alguno, todavía le dió tiempo a pasar algo de frío, a pesar del retraso de la hora de salida.
Tras la obligada jornada betetera, motivo de reunión del club., llegó el momento de reunirnos para celebrar nuestra ya tradicional comida, resaltar que este año ha habido menos asistentes que en años anteriores, dede aquí animamos a que en años posteriores se sumen a la comida de celebración, así como alguna salida bicicleta.
El lugar de concentración a la hora de las cañas, el habitual de los últimos años, disfrutadas las primeras rondas y acercándose la hora acordada en el restaurante, nos fuimos a la posada de los Tintes, lugar elegido este año.
Degustación de apetitoso viandas, chascarrillos, cervezas, vinos y licores varios.
Y tras una amplia sobremesa fuimos invitados de forma sutil, a inmortalizar tal acontecimiento, pero ya en la calle, aprovechando tan bello encuadre.
Desde aquí nos fuimos a continuar la sobremesa al pub del Huéscar, con la intención de amenizar el tardeo con alguna que otra partida al futbolín.
Aquí ya se puso punto y final a la sabatina jornada, di agregándose el grupo poco a.poco.
Risas y buen ambiente como ha de ser, esperando el poder realizarlo en más ocasiones. Animando a más componentes a disfrutar de este deporte y celebraciones.
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