Hoy los cuatro miembros del club que puntualmente nos hemos reunido en el lugar habitual, sin ruta definida y cada uno con un color de vestimenta distinta, como los colores del paisaje que se nos presenta en esta recién estrenada estación. Por unanimidad hemos optado por visitar el paraje de los Palancares.
Para ello nos hemos dirigido por la carretera de Valencia hasta la subestación eléctrica y por los caminos de la Lana y Cañete llegar a la carretera de los Palancares, comprobando el nuevo firme de la misma, así como el afortunadamente casi inagotable manantial de la fuente del Royo.
Parada obligada para un refrescante trago de agua, foto y continuamos ascendiendo al campamento de la Hispanidad, para por el camino que sale al inicio seguir subiendo hasta la abandona y semiderruida casa del forestal, pero antes de llegar y con la pequeña discusión de si es torreta o antena, visitar el punto geodésico que allí existe.
Tras reponer fuerzas en una breve parada en la anteriormente mencionada casa, continuamos hacia delante, por la pista que no lleva a la pista de la estación del ferrocarril, observando los trabajos de ensanchamiento que en ella se están realizando, intuyendo que es debido a la próxima corta que por ese paraje realizarán.
Al alcanzar la pista, giramos hacia la izquierda para ir remontando la hasta llegar a zona de aparcamiento de las Torcas, para continuar en esta ocasión por el trazado de la ruta que lleva su mismo nombre hasta desembocar en la pista de la sierra de la Pila.
Bajo las oportunas indicaciones de nuestro compañero Martín y atentos a sus explicaciones, avisándonos de la presencia de algún que otro cérvido, nos presentamos en el cruce que nos lleva al Mortirolo, optando por descender por la senda de los Palos, uno de los mejores rincones para disfrutar de nuestro deporte y que en esta ocasión se encuentra en unas condiciones inmejorables.
Para finalizar, continuamos por las sendas que nos llevan al paraje de las Pocetas y al pueblo de Palomera, disfrutando una vez más de nuestro rincón veraniego favorito.
Aprovechamos como es de costumbre para la recuperación de líquidos y después de la visita obligada a la cueva para ver si sigue el manantial activo, llegamos a Cuenca tras recorrer 52 kms con un desnivel positivo de 670 metros, siempre agradables y divertidos, con un más que agradable ritmo Chinche, para Martín, Mora, Tapi y Chule.
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